1/30/2016

Virus Zika



Las contradicciones de El Salvador: “… traten de evitar (embarazos)”, sin aborto ni educación sexual

Daniela Villegas
@danyelavillegas

El pasado 21 de enero el gobierno de El Salvador exhortó a las mujeres a evitar embarazarse durante el presente y el siguiente año, a razón del avance del virus Zika que es propagado por medio de zancudos y se sospecha es el causante de malformaciones en el feto, como es la microcefalia, en donde el recién nacido nace con un cráneo pequeño, en ocasiones acompañado de atrofia cerebral.

El virus que se ha extendido en gran parte de los territorios de las Américas, principalmente Centroamérica y el Caribe, cobra un cariz muy particular en el caso de El Salvador, por varias razones. La primera es que es un país con escasa educación sexual y reproductiva, la segunda es que son altos los índices de violencia sexual que muchas de las veces resultan en embarazos y la tercera es la total cerrazón del gobierno a  despenalizar el aborto, sea por la causal que sea. Esto ubica a El Salvador entre las naciones que prohíben el aborto bajo cualquier circunstancia como el Vaticano, Malta, República Dominicana, Nicaragua y Chile.

Así que cuando los funcionarios de Salud instan a las mujeres a prevenir embarazos, sin contar con un programa educativo de prevención y de anticonceptivos y mucho menos de una apertura a la legalidad de la interrupción del embarazo, aún por causales de salud para la madre y el feto, resulta una contradicción la siguiente declaración del viceministro de Políticas de Salud Eduardo Espinoza:

“Estamos recomendando a las mujeres en edad fértil que tomen la precaución de planificar sus embarazos y que traten de evitarlos este año y el próximo”, anunciaba a mediados de enero.

¿Tomen precaución de planificar sus embarazos? ¿Traten de evitarlos? Para lograr esto, ¿de qué herramientas se les proveerá a las mujeres para evitar embarazos, cuando se criminaliza el aborto en todas sus circunstancias?

En principio se carga toda la responsabilidad a las mujeres, mujeres a las que no se les legitima como sujetas de derechos que puedan decidir en plenitud sobre su cuerpo. Resulta irónico que el mismo gobierno que niega servicios de salud sexual y reproductiva y que criminaliza a las mujeres que viven un aborto ya sea inducido o imprevisto les está pidiendo que controlen su vida reproductiva hasta el año 2018.

La cerrazón de la nación centroamericana al aborto se evidenció de forma muy tajante en 2013 con el caso de Beatriz, joven cuya vida estaba en peligro de muerte materna al padecer de lupus y el embrión padecía de anencefalia, defecto de nacimiento en que partes del cerebro y el cráneo no se desarrollan del todo y por lo tanto el feto tenía mínimas probabilidades de sobrevivir.

Pese a las graves condiciones no se autorizó el aborto, sino una cesárea temprana, a la que sobrevivió Beatriz pero no el recién nacido que murió horas después. Tales medidas se rigieron bajo la postura del Tribunal Supremo de El Salvador en que “… los derechos de la madre no pueden ser privilegiados sobre los del feto o viceversa, y hay una absoluta prohibición para autorizar un aborto por ser contraria a la protección constitucional concedida a las personas desde el momento de la concepción”.

Habrá de recordar que estas draconianas medidas en que se castiga hasta con 40 años de cárcel a mujeres y por las cuales existen más de 628 casos registrados de mujeres encarceladas, se impusieron en 1998 cuando el entonces partido gobernante ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) aprobó un Código Penal que prohíbe todos tipos de aborto, después de que por dos décadas exisitiera el aborto terapeútico, que es un aborto inducido por razones  médicas cuando el embarazo pone en peligro la vida de la madre, así como en casos de violación o si el feto tiene una enfermedad cong
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﷽﷽﷽﷽ o si el feto tiene uadad conges  mlicana Nacionalista) aprobénita.

Hoy en día cuando se cuenta con 5,397 casos de Zika entre 2015 y las primeras semanas de 2016, de los cuales 96 son de mujeres embarazadas y se teme que aumenten las cifras a lo largo del año, es más que necesario que el presidente Salvador Sánchez Cerén restaure la causal de aborto terapeútico que existía en 1973. Pues pese a que durante ése período gobernaba el conservador Arturo Armando Molina, se permitía el aborto inducido por razones médicas cuando el embarazo ponía en peligro la vida de la madre, así como en casos de violación o si el feto tenía una enfermedad congénita grave, como es en el caso actual del virus del Zika. 

Ya ha advertido Ángela Rivas una de las directivas de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (ACDATEE), que : “La amenaza que representa el zika para los embarazos marca una línea compleja: se nos van a elevar los abortos clandestinos, pero también el número de mujeres procesadas y enviadas a la cárcel porque aquí (el aborto) lo toman como un delito”.

La situación es apremiante para las mujeres salvadoreñas, pues cuando su gobierno en vez de abrir la puerta al aborto terapeútico, lanza declaratorias como las de la titular del ministerio de Salud, Violeta Menjivar en que señala que: “el Estado salvadoreño no hace control natal”, nos queda claro que ni las protege ni las reconoce como sujetas de derecho.

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