2/21/2018

Vivienda digna y justicia

Los damnificados del capitalismo


FRAGUA

Ya pasaron casi cuatro meses desde que un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter sacudió el centro del país. Cuatro meses de idas y venidas, sinsabores, negativas por parte de las autoridades de los diferentes estados y el cinismo de los empresarios quienes buscan “ayudarnos”, dejándonos más endeudados.

Las marchas cada vez se hacen más pequeñas, los acopios poco a poco desaparecen y la solidaridad se apaga en medio de las fiestas de fin de año y la cuesta de enero. Cierra el 2017 y parece que todo quedará en el pasado; el 2018 es año electoral y el dinero se irá a las campañas, lo normal. Mientras, nosotros seguimos sin techo, con polines junto a la cama y con deudas y grietas que no paran de crecer.

Aunado a esto, parece que los damnificados no tenemos un rumbo claro ni objetivos concretos. Por allá piden presupuesto, por acá se pelean contra la Ley de Reconstrucción, unos más se van a plantón pidiendo más apoyos al Instituto de Vivienda (INVI) y del otro lado andan los que quieren convencer a sus vecinos que lo mejor es que una empresa privada reconstruya y le meta cuatro pisos más al edificio. Tal parece que no nos damos cuenta de la necesidad de unificar fuerzas, de encontrar ese objetivo común que nos movilice y demuestre cuál es nuestra exigencia central.

Nosotros creemos que la consigna central de los damnificados debe ser la vivienda digna y no sólo para nosotros, sino para todo el pueblo. ¿Por qué decimos esto? En principio, porque las autoridades son mañosas, si les pedimos presupuesto nos dirán que no hay y bueno, ahí se acaba la exigencia; si les pedimos una ley, la harán a su manera para beneficiarlos a ellos y los empresarios (como ya sucedió). Por el contrario, nosotros debemos exigir que se nos dé vivienda digna y ahora sí que “haiga sido como haiga sido” saquen los recursos de donde puedan y como puedan.

Debemos reclamar lo que nos pertenece por derecho que es la vivienda digna con todo lo que eso implica: construida con materiales resistentes y con la tecnología suficiente para aguantar los fuertes sismos de la Ciudad de México (CDMX), impermeabilizada, con baño, luz natural, protección al clima, seguridad de tenencia, acceso a todos los servicios públicos y al agua, sin redensificar y, sobre todo, que no nos cargue la deuda a quienes ya pagamos por una casa, sino que sea el Estado quien nos la garantice.

También decimos que la vivienda digna debe ser para todo el pueblo porque antes del 19 de septiembre ya existía gente sin casa o con casas con servicios deficientes, sin agua, con altas tarifas de luz y prediales impagables. Ellos, como nosotros, somos damnificados del capitalismo, somos los que pagan los platos rotos de los grandes empresarios a quienes únicamente les importan sus ganancias y la vida de la gente no es más que moneda de cambio. Todos fuimos afectados por el sismo y todos somos afectados por el capitalismo, crear grietas entre nosotros sólo ayuda a que las autoridades y los empresarios se salgan con la suya.

Desafortunadamente, existen algunas voces que dicen “gracias pero no”, voces que monopolizan el micrófono en los encuentros, que nos separan del resto del pueblo y las organizaciones, tomando la bandera de los damnificados como su tesoro personal y ni dan alternativas ni nos organizan de manera eficiente, voces que dicen “que las organizaciones van de un lado y los damnificados de otro”, cuando estas mismas voces participan en proyectos políticos (algunos electorales y otros supuestamente independientes).

Estas voces oportunistas, como decía una compañera damnificada, “sólo nos hacen dar pasos para atrás”. Por eso, desde la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP) hacemos el llamado a la congruencia y la unidad con objetivos claros y firmes. Nosotros proponemos la lucha por vivienda digna para todo el pueblo y la justicia para las víctimas mortales del sismo quienes, al final, son víctimas del capitalismo y su desinterés por la vida.

Aún estamos a tiempo, esta lucha será larga, pero si nos quedamos sentados y de brazos cruzados jamás recuperaremos nuestras casas, nuestro patrimonio. Es momento de organizarnos y luchar por vivienda digna, retomemos las calles, pues por azares de la vida para muchos éstas ya son nuestra casa y exijamos junto con el pueblo que nos garantice la vivienda.

Como OLEP los invitamos a participar con nosotros en las diferentes brigadas informativas y movilizaciones que realizamos para denunciar las afectaciones del sismo, en las pláticas informativas que hacemos cada 15 días en la Unidad Popular Nueva Tenochtitlán-Santa Cruz Alcalpixca, a que nos escriban para ampliar la base de datos de los damnificados y participar en el censo que realizan los estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia acerca de las personas y edificaciones dañadas por el terremoto en la CDMX .

¡Vivienda digna para todo el pueblo!
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección LUCHA POPULAR del No. 31 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Enero-Febrero 2018. 

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